Piedras y playa (II)
CONTINUACIÓN
Son las 17:30 pasadas y seguimos nuestra ruta por la A858. Poco antes de llegar a Carloway, vemos una señal que anuncia el Dun Carloway Iron Age Broch. Hacia allí nos metemos y paramos en su pequeño parking, desde donde subimos al broch o torre de piedra de la edad de hierro. Se conserva bastante bien y, en una de sus paredes, aún se mantiene parte de la escalera dispuesta entre los dos paños concéntricos que conforman la pared de la torre. Un buen lugar para imaginar aventuras. Así, mientras mi hijo se dedica a subir y bajar escaleras, la niña se erige en la guardiana del reino, vigilante sobre el dintel de la puerta de entrada.
Un poco más arriba del broch, desde el punto superior de la colina, nos sorprende una hermosa panorámica de la costa, con el entrante del loch Carloway en primer término. Todo ello, aderezado por un fenómeno muy típico de esta tierra. En un abrir y cerrar de ojos, los nubarrones son borrados del cielo y la luz se abre camino con fuerza. Al final va a tener razón el becario meteorólogo. Y ese cielo azul, salpicado de nubes blancas, acaba por regalarnos un momento entrañable, lleno de paz y tranquilidad.
Momento al que, sintiéndolo mucho, tenemos que dar fin. Son ya las 19:00 y queremos llegar a la punta norte para pasar la noche allí. Dicho y hecho, arrancamos y continuamos por la cornisa norte de la isla, hasta llegar al cruce con la A857. Seguimos por esta última y, a partir de cierto punto, la conducción se hace algo más lenta. La carretera sigue siendo buena, pero el cansancio empieza a hacer mella. Se nos va haciendo tarde y hoy hemos madrugado.
Vemos un par de sitios para dormir y dudamos. Pero, animados por no haber visto ninguna prohibición en toda la isla, seguimos hasta el final. Poco antes de que la A857 muera en Port of Ness, vemos la indicación de Butt of Lewis. Sin dudarlo, seguimos esa ruta. Se trata del extremo norte de la isla y no podemos resistir la tentación de llegar a la enésima punta de este viaje. Además, tenemos echado el ojo a un recorrido circular que pasa por el faro.
De esta forma llegamos a Eoropie, la última población antes de llegar al faro y punto de salida de dicho recorrido. Siguiendo las indicaciones del librito de rutas comprado esta mañana, paramos a la entrada del pueblo, en el acceso a la playa. No hay mucho sitio, pero a estas horas está vacío. Nosotros aparcamos junto a una casa en construcción, pero unos 50 m más adelante hay sitio para 3 o 4 coches, junto a una mesa de picnic. Es mejor sitio, pero una pareja está preparando el coche para pernoctar allí. Optamos por mantener la intimidad y quedarnos donde estamos.
El atardecer es espléndido (¡quién lo hubiera dicho esta misma mañana!) y decidimos salir a estirar las piernas antes de cenar. Pensamos en llegar a la playa, pero nos es imposible. Junto a la AC está el Ness Megga Play Park, un espléndido parque de juegos para niños que nos deja boquiabiertos. No esperábamos encontrar algo así en un rincón tan apartado de Escocia. Al parecer, se trata de una iniciativa de las madres de la zona que, hartas de ver cómo sus hijos no tenían dónde jugar, empezaron a construir ellas mismas una zona de juegos artesanal. Posteriormente, acudieron a las instituciones para solicitar ayudas y éstas, viendo la determinación de estas madres, apoyaron la iniciativa con subvenciones. El resultado es un impresionante parque con zonas de juegos para niños de distintas edades, con tirolina, laberinto, tiovivo, toboganes y demás. Todo ello de madera y construido sobre las dunas. Evidentemente, con semejante plan, los niños no quieren saber nada de continuar el paseo.
Después de un buen rato de tirolina y como nadie tiene intención de salir de allí, los dejo entretenidos y salgo hacia la playa. Se ve que están acondicionando el camino, porque está recién nivelado y la arena amontonada en los costados revelan un importante movimiento de tierras. Algunas rodadas delatan que los vehículos llegan hasta aquí. Pero ni el suelo de arena, ni el hecho de que sea terreno ganado a las dunas, me ofrecen garantías suficientes como para traer la AC.
Las dunas tienen un considerable tamaño y, como en otros lugares, están cubiertas por abundante vegetación. Aunque no veo el mar, lo oigo aquí mismo. Así es que me decido a subir la duna y acortar el camino. Cuando alcanzo la cima de la duna, me quedo alucinado. La playa es preciosa y la luz del atardecer nórdico le confiere un aura especial. Si no fuera por algunas pisadas, bien parecería el arenal de una isla desierta.
Cuando consigo cerrar la boca, bajo a la playa y pierdo la noción del tiempo. Saco mil y una fotos. Allí tengo la fortuna de ver una magnífica puesta de sol. A las 21:12, el sol se esconde tras el mar, dejando como despedida un luminoso rastro rojizo. Una vez más, pienso que son momentos como éste los que hacen maravilloso el viajar en AC.
En resumen, uno de los mejores lugares donde hemos pernoctado. Ideal para familias con niños.
Gastos día:
- Supermercado (Tarbert): 31,58 € euros (26,53 £)
- Guía de senderos por las islas: 3,39 € (2,95 £)
Total gastos día: 34,97 €
Total parcial: 2870,95 €
CONTINUACIÓN
Son las 17:30 pasadas y seguimos nuestra ruta por la A858. Poco antes de llegar a Carloway, vemos una señal que anuncia el Dun Carloway Iron Age Broch. Hacia allí nos metemos y paramos en su pequeño parking, desde donde subimos al broch o torre de piedra de la edad de hierro. Se conserva bastante bien y, en una de sus paredes, aún se mantiene parte de la escalera dispuesta entre los dos paños concéntricos que conforman la pared de la torre. Un buen lugar para imaginar aventuras. Así, mientras mi hijo se dedica a subir y bajar escaleras, la niña se erige en la guardiana del reino, vigilante sobre el dintel de la puerta de entrada.
Un poco más arriba del broch, desde el punto superior de la colina, nos sorprende una hermosa panorámica de la costa, con el entrante del loch Carloway en primer término. Todo ello, aderezado por un fenómeno muy típico de esta tierra. En un abrir y cerrar de ojos, los nubarrones son borrados del cielo y la luz se abre camino con fuerza. Al final va a tener razón el becario meteorólogo. Y ese cielo azul, salpicado de nubes blancas, acaba por regalarnos un momento entrañable, lleno de paz y tranquilidad.
Momento al que, sintiéndolo mucho, tenemos que dar fin. Son ya las 19:00 y queremos llegar a la punta norte para pasar la noche allí. Dicho y hecho, arrancamos y continuamos por la cornisa norte de la isla, hasta llegar al cruce con la A857. Seguimos por esta última y, a partir de cierto punto, la conducción se hace algo más lenta. La carretera sigue siendo buena, pero el cansancio empieza a hacer mella. Se nos va haciendo tarde y hoy hemos madrugado.
Vemos un par de sitios para dormir y dudamos. Pero, animados por no haber visto ninguna prohibición en toda la isla, seguimos hasta el final. Poco antes de que la A857 muera en Port of Ness, vemos la indicación de Butt of Lewis. Sin dudarlo, seguimos esa ruta. Se trata del extremo norte de la isla y no podemos resistir la tentación de llegar a la enésima punta de este viaje. Además, tenemos echado el ojo a un recorrido circular que pasa por el faro.
De esta forma llegamos a Eoropie, la última población antes de llegar al faro y punto de salida de dicho recorrido. Siguiendo las indicaciones del librito de rutas comprado esta mañana, paramos a la entrada del pueblo, en el acceso a la playa. No hay mucho sitio, pero a estas horas está vacío. Nosotros aparcamos junto a una casa en construcción, pero unos 50 m más adelante hay sitio para 3 o 4 coches, junto a una mesa de picnic. Es mejor sitio, pero una pareja está preparando el coche para pernoctar allí. Optamos por mantener la intimidad y quedarnos donde estamos.
El atardecer es espléndido (¡quién lo hubiera dicho esta misma mañana!) y decidimos salir a estirar las piernas antes de cenar. Pensamos en llegar a la playa, pero nos es imposible. Junto a la AC está el Ness Megga Play Park, un espléndido parque de juegos para niños que nos deja boquiabiertos. No esperábamos encontrar algo así en un rincón tan apartado de Escocia. Al parecer, se trata de una iniciativa de las madres de la zona que, hartas de ver cómo sus hijos no tenían dónde jugar, empezaron a construir ellas mismas una zona de juegos artesanal. Posteriormente, acudieron a las instituciones para solicitar ayudas y éstas, viendo la determinación de estas madres, apoyaron la iniciativa con subvenciones. El resultado es un impresionante parque con zonas de juegos para niños de distintas edades, con tirolina, laberinto, tiovivo, toboganes y demás. Todo ello de madera y construido sobre las dunas. Evidentemente, con semejante plan, los niños no quieren saber nada de continuar el paseo.
Después de un buen rato de tirolina y como nadie tiene intención de salir de allí, los dejo entretenidos y salgo hacia la playa. Se ve que están acondicionando el camino, porque está recién nivelado y la arena amontonada en los costados revelan un importante movimiento de tierras. Algunas rodadas delatan que los vehículos llegan hasta aquí. Pero ni el suelo de arena, ni el hecho de que sea terreno ganado a las dunas, me ofrecen garantías suficientes como para traer la AC.
Las dunas tienen un considerable tamaño y, como en otros lugares, están cubiertas por abundante vegetación. Aunque no veo el mar, lo oigo aquí mismo. Así es que me decido a subir la duna y acortar el camino. Cuando alcanzo la cima de la duna, me quedo alucinado. La playa es preciosa y la luz del atardecer nórdico le confiere un aura especial. Si no fuera por algunas pisadas, bien parecería el arenal de una isla desierta.
Cuando consigo cerrar la boca, bajo a la playa y pierdo la noción del tiempo. Saco mil y una fotos. Allí tengo la fortuna de ver una magnífica puesta de sol. A las 21:12, el sol se esconde tras el mar, dejando como despedida un luminoso rastro rojizo. Una vez más, pienso que son momentos como éste los que hacen maravilloso el viajar en AC.
En resumen, uno de los mejores lugares donde hemos pernoctado. Ideal para familias con niños.
Gastos día:
- Supermercado (Tarbert): 31,58 € euros (26,53 £)
- Guía de senderos por las islas: 3,39 € (2,95 £)
Total gastos día: 34,97 €
Total parcial: 2870,95 €
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