Escocia 2011: Relatos de viajes

[EvaV]

Marta ... qué peligro !!!

[KoldoS]

Eva

Pues sí. Como verás en el siguiente capítulo, el encuentro con las Uist no fue todo lo bueno que hubiéramos deseado. Pero, en fin, es un riesgo que siempre corremos.


Zaran

Yo también os agradezco que nos sigáis. Aunque sepamos que estos relatos son verdaderamente útiles cuando se prepara un viaje a ese destino, siempre es grato el saber que hay alguien ahí, leyéndonos en directo.

Sí que llovía, sí. Y ahora enseguida descubriréis cómo acabó el asunto.



Matrix

Sí que tienen un encanto especial. Aunque en Escocia hay muchas zonas muy poco pobladas y con no demasiada presión turística, en las islas se ve muchísima menos gente y todo parece más virgen. Además, no hay ningún problema para parar y pernoctar en prácticamente ningún sitio.

Lo malo es que es caro y que para saltar hasta allí, hay que ir con el suficiente tiempo como para que merezca la pena. También hay que tener en cuenta el tiempo. Como hace tiempo alguien le dijo a Eva, si hace mal tiempo no hay tantas cosas que hacer por allí. Fundamentalmente, lo que ofrecen son playas y naturaleza.



Bueno, y ahora ración doble.

[KoldoS]

Not very nice, no

Día 27 (sábado)

Nunton (Benbecula) – Lochmaday (North Uist) – Neist Point (Skye)

Recorrido día: 116 km (Total acumulado : 3065 km)
Nunton Steading Visitor Centre – B892 – A865 – Lochmaddy – A865 – Lochmaddy – Ferry – Uig A87 – A850 – B884 – Neist Point



Ha sido una noche infernal. La peor que hemos pasado en siete años de AC. A pesar de estar protegidos por la pared, las violentas ráfagas de viento nos han mantenido en vilo durante momentos interminables. Solo el cansancio ha conseguido que, a ratos, consigamos conciliar el sueño. La AC se movía, pero lo que más nos preocupaba era el portabicis. El ruido del toldo sacudido por el viento era escandaloso y no dejábamos de oír chirridos. La verdad es que he llegado a temer que el toldo hiciese de vela y provocara algún desperfecto.

En fin, no hay mal que cien años dure, y con el día las cosas se ven menos tenebrosas. Evidentemente, nos levantamos pronto. Salimos y comprobamos que todo está en orden. Seguramente no habrá sido para tanto, pero ya he dicho que llevo muy mal lo del viento en la AC.

De todas formas, sigue lloviendo a mares y, aunque con el ruido del día ahora no se oiga tanto, el viento sigue soplando con fuerza. En estas condiciones hacemos un ejercicio de recapitulación y nos planteamos nuestro siguiente paso. Nuestros planes de paseos por zonas de playa no tienen ningún sentido con este tiempo. También sabemos que por estos lares la climatología puede cambiar en cualquier momento, pero no nos apetece estar dando vueltas sin ver gran cosa y sin saber qué se puede esperar para los próximos días.

Al final, decidimos buscar un lugar donde consultar las previsiones meteorológicas y decidir en consecuencia. La primera idea es seguir bajando hacia el sur, ver lo que podamos durante el trayecto y entrar en la primera oficina de turismo que veamos. Lo malo es que, según la información que tenemos, hasta Lochboisdale no hay ninguna. Nada extraño, porque tampoco hemos visto ninguna en lo que llevamos por las Uist.

Por ello y porque la intensa lluvia sobre el parabrisas convierte la conducción en una pequeña tortura, acabamos dirigiéndonos hacia Lochmaddy, al norte y mucho más cercana.

Cuando llegamos allí, tengo la sensación de que alguien está dirigiendo contra mi parabrisas el chorro de una potente manguera. Llueve copiosamente, pero el agua no cae verticalmente. Ni siquiera oblicuamente. El fuerte viento la arroja casi horizontalmente y, según las ráfagas, cambia su dirección de forma caprichosa.

Paramos en información y allí conocemos que no se espera mejoría hasta pasado mañana. Hoy y mañana va a seguir igual. Quizás llueva algo menos, pero el viento va a seguir soplando con fuerza. Con semejantes noticias, volvemos a la AC y hacemos un rápido cónclave familiar.

El billete de vuelta a Skye lo tenemos para el lunes, que es para cuando se supone que mejorará. Hasta entonces nos tocaría matar el tiempo y aprovechar los previsiblemente escasos momentos de tregua. No es una perspectiva demasiado atractiva. Así es que, con todas las dudas que ofrecen las previsiones meteorológicas en Escocia, tomamos la dolorosa decisión de intentar adelantar el ferry de vuelta. La verdad es que cuesta echar por la borda el dinero empleado en llegar hasta aquí y marcharse sin haber tenido ocasión de disfrutar de las Uist. Pero hace tiempo leí un libro muy recomendable (Pequeño tratado de manipulación para gente de bien) que, entre otras cosas, me hizo recapacitar sobre lo perjudicial que puede llegar a ser la humana tendencia a enrocarse y empeñarse en mantener una decisión previa que ha demostrado ser un error.

Convencidos de que encontraremos mejor manera de disfrutar estos dos días, nos acercamos a la terminal del ferry. Una empleada me cambia la reserva por un billete para el ferry de esta misma tarde. A su lado, un escocés enorme con pinta de bonachón, permanece callado. Mientras la empleada realizaba la operación, trato de entablar conversación. El hombre no resulta muy hablador. Pero al final, mientras el chorro de la “manguera” que alguien maneja ahí fuera apunta directamente a las cristaleras de la terminal, acaba soltando un lacónico “not very nice, no”.

***** not very nice! En mi limitado inglés, se me ocurren dos o tres formas mejores para definir aquello que ven mis ojos. Si esto es “no muy agradable”, cómo será cuando la cosa se ponga desagradable de verdad.

En fin, todavía sorprendido, salgo de allí y vuelvo a la AC. Pues bien. Es entrar en la AC con los billetes nuevos y abrirse el cielo para que un sol burlón nos vacile con sus rayos. ¡No me lo puedo creer!

Aprovechando la mejoría, salimos por la A865 y comemos en un recodo de la carretera con vistas al mar. De todas formas, tampoco podemos aprovechar demasiado. Los claros no duran gran cosa y el fuerte viento vuelve a traer las nubes y el agua. Solo ha sido un vacile del clima escocés. Casi lo prefiero. Después de todo, hubiera sido muy duro abandonar las islas con un sol veraniego.

Tras la comida, regresamos a la terminal y salimos en el ferry de las 16:00. Allí nos encontramos a la familia catalana de la furgo. Otros damnificados por el mal tiempo, que también han optado por adelantar la vuelta.

La travesía dura algo más de dos horas y la pasamos en el interior, porque afuera sigue lloviendo de lo lindo. Para matar el rato, los niños juegan al escondite por todo el ferry. Su juego acaba divirtiendo a gran parte del pasaje. No en vano, mi hijo pasaba junto a la niña sin descubrirla, aunque ella apenas se cubría su cabeza con un jersey. O él mismo se escondía tras una columna que solo le tapaba la cara y, cuando mi hija pasaba haciendo cómo que no lo veía, era incapaz de evitar unas sonoras carcajadas. Las cuales aumentaban de intensidad al ver que la niña seguía buscando por otro lado.

Finalmente, tras un rato muy divertido, a las 18:15 desembarcamos en Uig, con bastante mejor tiempo del que dejamos en Lochmaddy.

Una vez en tierra, volvemos a recorrer la A87, primero, y la A850 después. Llegamos a Dunvengan y nos desviamos a ver su castillo. A estas horas ya está cerrado y no es visible desde el exterior. Además, en su parking luce el cartel de No Overnight. También nos encontramos prohibiciones en el resto de parkings del propio pueblo. Hacía días que los teníamos olvidados y nos sientan muy mal. Salimos de allí escopetados, no sin antes cometer mi primer desliz en la conducción.

Después de tantos días en el Reino Unido, no voy tan atento al tema y los automatismos me juegan una mala pasada al incorporarme desde uno de los parkings donde hemos parado. Es el centro del pueblo y se circula a ritmo de caracol (unos 30 km/h). Aún así, el susto es grande cuando a unos 200 m de mí veo un coche que se acerca de frente por mi carril (bueno, quiero decir por el suyo). Un rápido giro del volante me devuelve a la izquierda. Al cruzarnos, veo en su rostro el susto que ambos llevamos y adivino los juramentos que lanzará sobres los continentales, una vez recuperado el pulso. Mil disculpas. Y un aviso a todos los que vayáis: id siempre alerta.

Poco después de Dunvengan, cogemos la B884. Se trata de otra carretera de un solo carril, que nos llevará a Neist point. Está bien, aunque a ratos tiene menos passing places de lo habitual. Se nota que da servicio a un área más poblada, ya que soporta un tráfico más intenso que otras parecidas que hemos recorrido Además, hay que ir atentos a las indicaciones, para no perderse entre tanta ramificación y cruce.

Finalmente, sobre las 20:00, llegamos a la punta y aparcamos en el parking del faro (el faro no se ve desde aquí). Llano y bien protegidos contra una pequeña edificación. Y no vamos a dormir solos. Tenemos de vecinos a una camper alemana.

Damos un paseo y reconocemos el terreno. Había leído en un relato que esta punta era el lugar más bonito de Escocia. Yo no diría tanto, pero en mi lista de preferencias sí que ocuparía un buen puesto. Ofrece un bonito paseo y un hermoso paisaje, con buenas vistas sobre los acantilados y la punta cubierta de hierba. Un muy buen lugar para acabar el día y pernoctar tranquilamente.

Y por si fuera poco, hace buen tiempo y el viento apenas no tiene fuerza. Realmente es increíble el cambio respecto a esta mañana. Tampoco estamos a tanta distancia de las Uist. ¿Habrá cambiado también allí? No lo sabemos, pero tampoco nos importa ya demasiado. Estamos aquí y toca disfrutar de esto.


Gastos día:

Total gastos día: 0 €
Total parcial: 3089,36 €

[KoldoS]

Neist Point y adios a Skye

Día 28 (domingo)

Neist Point (Skye) – Dun Beag Broch (Skye) – Glenancross

Recorrido día: 113 km (Total acumulado : 3178 km)
Neist Point – B884 – A863 – Dung Beag Broch – A863 – Sligachan – A87 – A851 – Armadale – Ferry – Mallaig – A830 – Glenancross


Después de una tranquila noche, nos despertamos con un día más que aceptable. Antes de continuar viaje, salimos dispuestos a hacer el paseo hasta el faro de Neist Point. Para cuando nos ponemos en marcha, el parking está a rebosar. Parece que es un lugar bastante visitado. Viniendo de las Hébridas exteriores, el trasiego de gente nos parece casi una multitud.

El paseo arranca con una fuerte bajada, por unas escaleras, que te llevan rápidamente hasta una landa. Desde allí se puede seguir el sendero que bordea un bonito farallón, o subir directamente a su cima por un collado bastante tendido. Nosotros lo rodeamos y llegamos a la explanada donde se sitúa el faro. Una vez allí, damos una relajada vuelta al cabo. Los acantilados de ambos lados ofrecen una buena panorámica de la costa. Realmente es una preciosa punta.

En su parte oeste hay un pequeño muelle y una vieja grúa, donde pasamos un buen rato. Desde aquí, el farallón parece un león sentado que mira al horizonte. A la vuelta, subimos por su lomo, hasta llegar a lo alto de su cabeza. La costa se observa mucho mejor desde esta perspectiva.

Pasada la una, volvemos a la AC y ponemos rumbo hacia el sur de Skye. Retrocedemos hasta la A863 y en poco tiempo alcanzamos el loch Bracale. La carretera discurre salvando las numerosas ramas de este ancho brazo de mar. Nos parece un buen lugar para hacer una parada. Así es que, cuando encontramos el área de descanso del Dun Beag Broch, no lo dudamos ni un momento y paramos a comer. Además, como el día lo permite, nos damos el lujazo de comer en las mesas del área. Hay que aprovechar estas ocasiones.

Antes de reemprender la ruta, subimos hasta la torre. Apenas queda la base, nada que ver con el broch de Carloway. Lo mejor son las vistas que desde ella se tienen sobre el loch Bracale, con sus islas y sus puntas.

En cualquier caso, este lugar está dentro del circuito turístico de la isla de Skye. En el rato que estamos aquí, vemos llegar 2 autobuses llenos de turistas. Paran, bajan y algunos suben corriendo hasta el broch, para sacar unas fotos y bajar con la misma prisa, antes de salir a la carrera hacia el siguiente punto de interés en su ruta.

Sinceramente, no sé qué me reafirma con mayor fuerza en nuestra forma de viajar. Los momentos de tranquilidad en una zona perdida, cuando nos quedamos solo los que dormiremos allí, o el espanto que me producen esos viajes organizados.

Tras este paréntesis, seguimos hasta Sligachan. En la última parte de la carretera, antes del cruce con la A87, se tienen unas buenas vistas de las Cuillins. Sus cumbres no superan los 1000 m, pero su cercanía al mar y la cota desde la que las observamos, acrecentan su belleza y la sensación de altura.

Cuando llegamos al puente de Sligachan son las 16:20. Es pronto para parar, pero pensamos que puede merecer la pena descansar y hacer mañana alguna de las rutas que vimos hace unos días al subir. No en vano, nuestra guía de viaje describe a estas montañas como la cordillera más bella de Gran Bretaña. No sé si será para tanto, pero hoy sí podemos verlas y nos parecen muy interesantes.

Con esa idea, entramos en el camping que hay justo en el cruce. Está en una landa y parece agradable. Sin embargo, nos encontramos con un letrero, donde se indica que no dispone de lugar para el vaciado del químico. Esto cambia las cosas, ya que vamos llenos y lo necesitamos.

Salimos del camping y desandamos la A87, contemplando unas buenas vistas de la costa. Vistas que la lluvia nos impidió ver durante el trayecto de subida.

Entre toda la información que manejamos, teníamos apuntado Elgol como un lugar interesante. Pero no tenemos constancia de que haya camping y, visto lo de esta tarde, preferimos no aventurarnos.

Así es que, poco después de Broadford, nos desviamos por la A851 hacia Armadale. Allí nos ponemos a la cola y cogemos los billetes para el último ferry del día (18:40). Mientras llega, merendamos en las mesas de un establecimiento que ahora está cerrado y llamamos a casa desde una cabina.

El trayecto dura apenas 30 minutos. Desembarcamos en Mallaig y empezamos a bajar por la A830, en busca de un camping. La carretera tiene un ancho que ya casi habíamos olvidado. Cuando llegamos a Morar vemos un gran arenal a mano derecha y nos metemos por una ruta alternativa que va por la costa. Parece una zona de veraneo, con muchas casitas y parkings con prohibiciones. También vemos las primeras barras limitadoras de altura. Nos damos cuenta de que hemos vuelto a la “civilización”. Aunque, afortunadamente, en lo que nos queda de viaje tampoco tendremos grandes problemas para encontrar lugares de pernocta.

Finalmente, llegamos al camping de Camusdarach. Buscando la recepción, llego andando hasta la casa principal de una granja situada al fondo del camping. La señora me indica dónde situarme, ya que es un camping relativamente grande para lo que hemos visto por las highlands, con zonas diferenciadas para tiendas y para caravanas/ACs. Al parecer, también alquilan apartamentos en la propia granja.

Cojo también una hora de conexión WIFI, aunque es un auténtico robo. Cara (1 £ por 30 minutos) y muy lenta. Por lo demás, el camping está bien. Los baños están muy cuidados (bajo llave) y tiene unas pequeñas playas a menos de 5 minutos. Para llegar a ellas, hay que pasar por la zona de las tiendas. La verdad es que hay muchas y de todos los tamaños. Siempre me llama la atención lo habitual que sigue siendo en el extranjero el ir en tienda de campaña. Me recuerda a los viejos tiempos.

Antes de cenar, nos acercamos a una de esas playas y vemos la puesta de sol. Son las 20:45. Se nota que los días van para adelante y que estamos bajando hacia el sur.


Gastos día:

- Gasoil: 77,21 € (65,43 £ a 1,439 £/l, para un consumo de 14,94 l/100km)
- Ferry Armadale (Skye) a Mallaig: 52,11 € euros (44,16 £)
- Camping Camusdarach en Glenancross: 27,28 € euros (23 £, con electricidad )
- WIFI camping Camusdarach: 2,3 € euros (2 £)
- Varios ferry: 2,5 € (2,18 £)


Total gastos día: 161,40 €
Total parcial: 3250,76 €

[EvaV]

Koldo, la verdad es que os pilló un día not very nice en las Uist. Entre el viento y la lluvia tipo chorro de manguera horizontal la cosa estaba fea para deambular por las playas o los páramos.

Nosotros tuvimos mejor suerte, y aunque no llegamos a tener un día suficientemente claro como para subir al Ben Eaval, sí tuvimos nuestros ratos de sol y paseos por playas, entre otros con más viento y lluvia, en la típica cadencia escocesa.

Lo lamento, ya que el recuerdo que uno se lleva lógicamente no puede ser para nada el mismo en esas circunstancias, y en este caso inevitablemente no lo disfrutásteis.

Y eso es lo que nos frenó de nuestras intenciones iniciales de ir a las Faroe o a las Shetland, el pensar cómo mataríamos el tiempo por allí si el tiempo se ponía feo durante varios días seguidos, ya que por lo que leí, a esos archipiélagos sí hay que ir con los billetes de ferry tomados con mucha antelación.

Bueno, entre la ida y la vuelta sí visteis bastante bien la isla de Skye.

Me recuerda un poco la sensación que tuvmimos nosotros al llegar a Skye desde las Hébridas, el chocar con el turismo de viaje organizado y la "civilización", viniendo nosotros de pasar unos días de quietud y casi soledad. Aunque innegablemente Skye es una isla preciosa.

Ahora vais a recorrer una zona que desconocemos, te sigo atentamente.
Preciosas fotos, tanto en Neist Point como en la playa donde os anochece junto al camping.

(PD imposible pillarte, dos estapas a la vez !!!)

Mikel, dónde estás ???

[matrix]

Vaya noche de espanto!! casi lo he vivido yo!!
El coger billete de ferry sobre la marcha... es muy descabellado?? porque visto lo leido, vale la pena verlas con un mínimo de buen tiempo.
Eva...jejejeej... a ver como acabo!! si me decido..... o no.

[EvaV]

Miércoles, 24 agosto: Shieldaig – Red Point: 88 km

Mucho café matutino, península de Shieldaig, orilla norte del Loch Shieldaig, cena en Badachro Inn.

Nos despertamos sobre las ocho y media, en nuestra privilegiada atalaya.
Saco a Mateo a pasear. Ha salido el sol y tenemos 17,9ºC.
Al pasar ante una de las casas cercanas, un señor nos saluda con una gran sonrisa, y al regresar me pide que aguarde un momento: Quiere avisar a su esposa, para que vea a Mateo. La señora se asoma emocionada, y me comenta el gran parecido de Mateo con un Boyero de Berna que tuvieron en casa, el cual había crecido junto a las ovejas, y les ofrecía juguetes si éstas se colaban en su jardín. Vamos, igualito que Mateo ... (menuda carrera se pegaría la incauta oveja que osara entrar en su territorio ...). Si es que la infancia nos marca, y en la de Mateo, claramente, no debió haber ovejas.

Regreso al área.
Nuestros amigos alemanes, Mark y Jan, ya se han levantado, en breve vendrán a tomar café a nuestra autocaravana.
Y dicho y hecho, compartimos desayuno....Y preparo unas cuantas cafeteras, una tras otra. Casi pierdo la cuenta ... son cinco cafeteras. En Alemania se toma una ingente cantidad de café, aunque éste de hoy es bastante más concentrado que el tipo americano al que están acostumbrados. Sea como fuere, pasamos un rato muy agradable, contándonos mil y una anécdotas y experiencias viajeras. Así como historias relativas a gentes con las que hemos coincidido en distintos lugares y circunstancias. Ellos ya forman parte de nuestro recuerdo de viaje, pero no caí en pedirles sus direcciones de correo.

En algún momento (ya pasado mediodía) levantamos la sesión.
Ellos deben montarse en sus bicis y recorrer unos cuantos quilómetros más.
Nosotros nos disponemos a dar un paseo.
Tenía prevista una ambiciosa excursión para ayer, pero vamos con un día de retraso sobre el plan, y hoy ya se ha hecho tarde para ella: Se trataba de llegar al circo de Triple Buttress of Coire Mhic Fhearchair, tras 14 km. de caminata, 540 metros de desnivel (una buena subida a las montañas), y con un tiempo estándar previsto de unas 5 horas (seguramente 7-8 horas para nosotros). El paisaje prometía ser todo lo espectacular que es en las fotografías de Steve Carter.

Pero éstas ya no son horas de abordar algo así (este año está visto que cumplimos con muy pocas de las excursiones ambiciosas planteadas), por lo que rápidamente sugiero la alternativa light, igualmente descrita en walkhighlands: Una excursión circular por la península de Shieldaig, con un recorrido de 4,5 km, un tiempo estándar previsto de 1,5 horas, y prácticamente en llano (165 metros de desnivel).

Ni que decir tiene que la familia acoge la variante con una alegría para nada disimulada.
Salimos equipados con repelentes, pulseras, paraguas grandes por si acaso (nada más empezar a andar llovizna un ratito) ...Tras andar los primeros metros y disparar las primeras fotos notamos un gran bochorno (se avecina una buena tormenta, que por suerte no nos pilla todavía), y la presencia de muchos y molestos midgies. Esta vez los cuatro nos ponemos los sombreros de malla. Estamos espectaculares ...

Sudamos, solamente vemos la mitad del paisaje desde detrás de la malla, y además, aunque sea difícil perderse durante un recorrido prácticamente circular alrededor de una península, lo conseguimos, y durante un rato nos metemos equivocadamente en la maleza, hasta que retrocedemos y damos con el camino, que discurre por un lugar mucho más limpio y fácil.
El paisaje es bonito, esta zona lo es. Aunque nos cuesta caminar, hay mucha humedad ambiente, estamos empapados, y el sombrero anti-midgies se nos pega a la cabeza.


En el extremo de la península nos hacemos unas fotos y regresamos, aunque algunos tramos son auténticos lodazales trampa, y meto la bota en el barro, casi sigo yo entera detrás ... Por suerte, no me cala por dentro.

De nuevo en la autocaravana, nos premiamos: nos desabrigamos y tomamos un aperitivo-almuerzo, con navajas, almejas, berberechos, aceitunas, atún, etc.

[EvaV]

Segunda parte, y algunas fotos más

Lo que ahora nos apetece es ver algo de paisaje desde la comodidad de la autocaravana, por lo que tras llenar aguas salimos del área a las 16:30, con 97.398 km. en el marcador.

Optamos por recorrer la carretera que bordea la orilla norte del Loch Shieldaig, entre Torridon y Lower Diabaig. En algún punto ganamos altura repentinamente, hay algunas cuestas muy pronunciadas (un cartel indica que la carreterita no es apta para caravanas). El bonito paisaje podría casi pasar por alpino (ha cambiado enormemente en poco rato), inclusive con un lago de profundas aguas. Vemos el mar al fondo.
Una vez en Diabaig retrocedemos sobre nuestros pasos, la carretera ya no continúa. Pero el panorama se merece el rodeo.

Aunque sí existe la opción de tomar un sendero que nos llevaría a pie hasta Red Point, en el extremo del Loch Torridon. Es una excursión muy larga, en su lugar daremos un buen rodeo por carretera, para ir igualmente hacia Red Point.

Según el rutómetro inicial, hoy deberíamos pernoctar cerca de Gairloch (en un camping de playa, en Big Sand, tras haber pasado un día en la misma, quizás habiendo visitado el faro de Rua Reidh, y haber tenido un día de asueto, y relax), y mañana deberíamos visitar Red Point.

Sólo nos queda un día para dedicar a estas tierras, por lo que decido omitir Gairloch (otra vez será), y situarnos en algún lugar que mañana nos permita visitar Red Point. O sea que ahora nos toca recorrer algunos kilómetros.

Pasamos por el punto donde habríamos aparcado, de haber hecho la excursión a Triple Buttress of Coire Mhic Fhearchair. Ya lleva un rato lloviendo, y ahora lo hace con más fuerza. Vemos a algunos excursionistas totalmente calados de agua, están regresando a sus vehículos y nos impresiona ver lo mojados que van.

Bordeamos el Loch Maree.
Pasamos ante el indicador de Victoria Falls, nos detenemos en el aparcamiento. Las niñas no quieren bajar de la auto, llueve. David y yo nos disponíamos a hacerlo cuando vemos una nube de midgies fuera, pese a la lluvia, refugiadas precisamente bajo nuestra capuchina. Por lo que desistimos de bajar, entre la lluvia, el barro y los midgies.

Continuamos rumbo a Red Point, con parada obligada tras 20 minutos de trayecto en Badachro, donde he leído que existe un excelente pub (Badachro Inn). De camino vamos observando todos los lugares donde quizás podríamos pernoctar, por si acaso.

Aparcamos en un lugar donde un cartel expresamente prohíbe la pernocta. Es una especie de embarcadero. No nos atrevemos a entrar en el aparcamiento del pub, ya que lo vemos bastante lleno y es un callejón sin salida.
Empieza a lloviznar nuevamente, y fuera hay midgies.
Me aproximo al pub, pregunto si admiten perros y me dicen que sí. Aunque solamente en la zona del bar, no en la de restaurante. También sirven comida en esa zona, y nos asignan un bonito rincón junto a la chimenea, aunque está apagada.

Voy a por la familia, el lugar es espléndido, lástima de lluvia y midgies que nos impiden sentarnos en la terraza, desde la que se disfruta de unas increíbles vistas sobre el mar y los veleros fondeados.
Hago el pedido en la barra: cordero para las niñas, y salmón para David y para mí. Para mí, una ale local (he leído que hay que probarla). Para David, una lager.


Durante la cena observamos a algunos personajes, entre los cuales un cliente joven que ha bebido más de la cuenta y persigue sin piedad a una chica que ha estado cenando en la mesa contigua a la nuestra. Parece que el cliente en cuestión debe ser alguien importante (además de algo extravagante, viste una boina a grandes cuadros de colores chillones, muy llamativa), pues todo el mundo le sigue el cuento, casi incluso también la chica.

Tras la excelente cena salimos del local a toda prisa, huyendo de los midgies. Que por cierto, entran junto con nosotros en la autocaravana, y debemos rociar con insecticida, con lo que caen fulminados y tapizan el suelo y la mesa como si fueran ceniza o tierra. Recogemos los cadáveres.

En el aparcamiento hay otra autocaravana junto a la nuestra, con claras intenciones de pernoctar. Pero preferimos no quedarnos aquí (precioso lugar, pero muy a la vista, y justo debajo del cartel prohibitivo), y nos dirigimos hacia Red Point.

Continuamos hasta que se acaba la carretera. Walkhighlands describe que al final de la misma hay zona de aparcamiento, y así es. Aquí nos quedamos por hoy, completamente solos. Únicamente nos acompaña un coche aparcado, sin ocupantes.

Le doy un último paseo por hoy a Mateo, David juega al "cinquet" con las niñas mientras yo escribo estas líneas. Nos tomamos un té con galletas antes de retirarnos a dormir.
***************

Cena: 65,20 libras

[EvaV]

Jueves, 25 agosto: Red Point - Drumnadrochit: 120 km

Despedida de las tierras tranquilas, en ruta hacia el Loch Ness, cena en Marybank


Amanecemos entre vacas, la autocaravana está totalmente rodeada.
Son las ocho y media. El día es soleado, nítido, precioso.

Hoy tocan duchas, y a mí, tratamiento de queratina para el pelo.
Desayunamos.

Tengo mis recelos, pero saco a Mateo a dar su paseo matutino, salimos sigilosamente y nos deslizamos por entre las vacas, alejándonos de la autocaravana. Le peino. El volver ya nos da algo más de reparo, pues ahora las vacas están situadas todavía más cerca de la puerta del habitáculo, pero lo conseguimos ¡

Nos disponemos a abordar parte de la excursión descrita en walkhighlands, la que enlaza Red Point con Lower Diabaig. Aunque no tenemos ni mucho menos intención de llegar hasta Lower Diabaig (lo que requeriría de unas 5 horas de tiempo), sino sólo de disfrutar con las vistas, especialmente en las playas de arena roja que debemos encontrarnos al inicio del recorrido. O sea que haremos la ruta más corta o más larga según convenga.

Preparamos las mochilas: nos llevamos unos refrescos y algo de pica-pica.
Iniciamos la ruta a pie, cruzando la granja de Red Point, con varias puertas anti-fuga de ganado.
Hasta que llegamos a la tercera de las puertas, al otro lado de la que hay muchas vacas y terneros, pegados a la misma, y situadas en un lodazal donde se mezclan barro y otras cosas…. Allí coincidimos con tres chicas que se dirigen a la playa, calzadas con chanclas. Todos nos quedamos dubitativos, no sabemos si debemos continuar. Nos da la sensación de que las vacas están recelosas ante los intrusos, quizás protegiendo a los terneros.

Las tres chicas finalmente cambian de idea y retroceden. Nosotros no lo tenemos nada claro, pero me decido con Mateo, pasamos por entre las vacas y nos alejamos rápidamente de ellas. Las niñas, y sobretodo Aina, no quieren cruzar.

Me alejo un poco, quiero ver cómo pinta la playa, tenemos que estar ya muy cerca. Y en cuanto me asomo, me quedo de una pieza, es una maravilla. La visión que estoy experimentando en este momento no tiene precio y es comparable a pocas. Se ve una franja de arena de color naranja, de un tono que incluso parece irreal, como si alguien hubiera exagerado con la paleta de colores. Luce el sol, tenemos la isla de Skye al fondo. Me quedo perpleja. Debo ir en busca de la familia, definitivamente tienen que ver esto.

Mateo y yo retrocedemos hasta el punto donde nos hemos separado, quizás yo pueda convencer a Aina llevándola a hombros, pero …allí no hay nadie, sólo las vacas.
Supongo que habrán regresado hacia la autocaravana, por lo que me armo de valor y cruzamos de nuevo, esta vez en sentido contrario, por entre las vacas y el lodazal.

Hace calor, empiezo a sudar y Mateo jadea, voy dándole agua. El camino se nos hace ahora más largo que a la ida, y como ya empezaba a temerme, cuando llegamos a la autocaravana, allí tampoco hay nadie. Menudo malentendido…Le doy más agua a Mateo y regresamos de nuevo hacia el lugar donde nos hemos separado.

Cuando estamos llegando de nuevo a la tercera puerta, la de las vacas, recibo una llamada en el teléfono móvil. Hay cobertura intermitentemente (ya que antes lo he intentado, y no había). Es David, me comenta que ellos ya están en la playa, han buscado un camino alternativo para evitar pasar por entre las vacas.

Por lo que agilizamos el paso, lo que a Mateo le cuesta: anda despacito, debe estar acalorado. Cruzamos de nuevo por entre nuestras ya conocidas vacas (que deben estar hasta el gorro de vernos), y en un periquete llegamos a ese particular oasis de tranquilidad, una extensa y preciosa extensión de arena, solitaria y todavía sin huellas, de un extraordinario color naranja, donde David y las niñas ya están en plena sesión fotográfica.

Luce el sol, aunque se aproximan unos nubarrones.
Me apresuro a quitarme las botas, me encanta andar descalza por la rompiente de las olas (casi imperceptibles en estas aguas tranquilas). Vamos con Xènia hasta la playita contigua, luego David y Aina hacen lo propio. Mateo se baña varias veces.

Nos tomamos el pica-pica que hemos traído, y nos sentimos en el séptimo cielo, aunque de vez en cuando algún nubarrón hace palidecer los colores mágicos del lugar.

…Pero todo lo bueno se acaba.
Con esta visión excepcional cerramos el periplo por tierras tranquilas escocesas. Nos quedan todavía un par de días, pero ya están asignados a otros lares. Hoy debemos empezar a poner proa hacia el sur...

Mateo y yo regresamos por la puerta de las vacas (me atrevería a decir que casi no nos hacen ni caso…). A las niñas la idea les impone, y vuelven con David por el camino alternativo, que les obliga a saltar una valla (y por donde no podríamos cruzar con Mateo).

Nos reencontramos junto a la puerta, donde hay unas fotogénicas y curiosas bañeras alineadas que se usan como bebedero para el ganado.

De nuevo en la auto, nos descalzamos (las botas molestan, pero han sido de gran ayuda para cruzar por el barrizal).

Arrancamos a las 16:00 horas, con 24ºC y 97.486 km en el marcador.

Aunque nos detenemos en seguida, en un punto donde hay un mirador. David y yo bajamos a hacer fotos y a ensanchar los pulmones mientras admiramos las extensas vistas, que no sólo nos permiten ver el Loch Torridon y la isla de Skye en primer plano, sino incluso las Hébridas exteriores (Harris para ser exactos) al fondo.
Sigue luciendo el sol, en un día con una claridad como pocos. Sopla una ligera brisa, y admiramos otra playa de arenas rojas cercana a donde estábamos aparcados. Esta es la visión con la que nos despedimos de estos lares.

Retrocedemos, pasamos de nuevo por Badachro, donde los veleros siguen amarrados en imagen de postal, y sucesivamente tomamos carreteras cada vez más importantes, anchas y con tráfico, alejadas de la paz de los rincones por los que tanto hemos disfrutado, escondidos a la vista de estas grandes vías.

Vamos dirección al Loch Ness.
Paramos de nuevo en el aparcamiento de Victoria Falls. David, Mateo y yo bajamos para visitarlas.
David y yo calzamos sandalias (con calcetines, al más genuino estilo turista ¡) , y nos mojamos los pies en una sección húmeda de los escasos 150 metros que hay que andar hasta el mirador. Tenemos las cascadas a contraluz, y no nos parecen gran cosa.
Regresamos con los pies mojados y fríos a la autocaravana, riéndonos de la escena.

Nos detenemos en unos servicios públicos donde llenamos y vaciamos a base de bidones y baldes.

Repostamos en una gasolinera, en cuya pequeña tienda compramos bastantes provisiones. La dueña queda impresionada con Mateo y nos hace muchas preguntas sobre él.

De camino se nos aparece un imponente arco iris que nos hace detenernos en el arcén para fotografiarlo. Luego, entramos bajo la cortina de lluvia.

Miro el mapa y veo que podríamos pernoctar en un camping cerca de Drumnadrochit, pero ya no lo necesitamos, por lo que nos planteamos, en su lugar, cenar en algún pub que nos pille en ruta.
Y dicho y hecho, nos detenemos en Marybank, tranquila población donde hay un B&B con pub. Se trata de Balloan House.
Le pregunto a la propietaria si sirve cenas y si admite perros. Sí a lo primero, pero mejor no a lo segundo, ya que ella tiene a su propio perro corriendo por el jardín.

Por lo que saco a Mateo a dar un paseo por la calle antes de dejarle solo en la autocaravana. A todo ello, y aunque Mateo todavía no ha hecho pis (mi intención obviamente es que lo haga) una vecina me amonesta, contándome que todos esos arcenes de la carretera son particulares. Me pide que me aleje con mi perro. Es la primera vez que me ocurre algo así, no tenía conciencia de haberme metido en ningún jardín particular ni nada remotamente parecido, creí que simplemente eran los árboles que bordeaban la carretera con la hierba recién cortada …En fin, avergonzada por la reprimenda me retiro a la autocaravana y dejo allí a Mateo.

Entramos en el pub y le cuento la anécdota a la dueña, que le quita importancia y me dice que tras la cena saque a Mateo un rato por su jardín. Aunque no lo haremos, me siento mejor, parece que ella ya ha tenido algún conflicto anteriormente con esa vecina.

En fin, nos acomodamos en el comedor, que está situado en un invernáculo o porche acristalado precioso. Cenamos muy bien, la señora nos trata con mucha familiaridad, y nos pregunta de dónde venimos y a dónde nos dirigimos, así como si hemos encontrado midgies, aclarando que en esa zona no los hay, pero unos pocos metros más allá sí, junto a unas lagunas. En general el agua dulce les atrae.

Le contamos que nos dirigimos al Lago Ness, no sabemos si podremos ver a Nessie, y nos responde que espera que LA veamos, enfatizando el género femenino que acaba de usar, y aclarándonos que definitiva y obviamente, Nessie es una “she” o fémina.

Nos despedimos de la señora, quien todavía nos recomienda algunas zonas boscosas donde podremos pernoctar, pasada la población de Beauly.

Vamos tomándole el gustillo a esto de cenar en los pubs, lástima que lo hemos descubierto algo tarde, muy hacia el final del viaje. Son lugares cálidos, con buena comida y precios muy razonables.

Dicho y hecho, pasamos por Beauly aunque ya anochece. De repente oímos el sonido de unas gaitas. Son las primeras que vemos, por lo que nos detenemos donde podemos. Empieza a llover, pero desde dentro de la autocaravana podemos seguir perfectamente el desfile solemne de los gaiteros, marchando como si lo de la lluvia no fuera con ellos. Ni con el público, pese a haber algún paraguas abierto. Nos quedamos un buen rato, bien atentos.

Reanudamos ruta, empieza a oscurecer y pronto no veremos nada, los pocos huecos que encontramos, donde podríamos pernoctar, no nos gustan en absoluto. Quizás de día los veríamos más bonitos. Suele ocurrir.

De forma que acabamos llegando a Drumnadrochit, a una gran zona de aparcamiento gratuito en las afueras, donde tememos encontrarnos con el cartelito amarillo (muy abundante en esta zona) que impide la pernocta, pero no lo vemos (por suerte, ya que mañana sí lo veremos …). Nos quedamos en un extremo, cerca de un par de camiones, y al poco van llegando hasta otras 3 autocaravanas. El lugar no es encantador, pero sí práctico.

David y las niñas juegan a cartas mientras yo escribo estas líneas.
Nos preparamos un té con galletas y nos retiramos a dormir.


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Diesel: 56,16 libras, 37,22 litros, 150,9 p/litro, 97.525 km. (260 km consumo promedio de 14,31 litros / 100 km en el último repostaje)
Supermercado: 43,01 libras
Cena: 36,50 libras

[EvaV]

Algunas fotos más

[KoldoS]

¿Pero qué es lo que te han dado? ¡Vaya arreón que has metido! Entre leer lo que has escrito y contestar, no sé si me va a dar tiempo a subir nada. Pero bueno, empiezo por el principio.

Koldo, la verdad es que os pilló un día not very nice en las Uist. Entre el viento y la lluvia tipo chorro de manguera horizontal la cosa estaba fea para deambular por las playas o los páramos.

Nosotros tuvimos mejor suerte, y aunque no llegamos a tener un día suficientemente claro como para subir al Ben Eaval, sí tuvimos nuestros ratos de sol y paseos por playas, entre otros con más viento y lluvia, en la típica cadencia escocesa.

Lo lamento, ya que el recuerdo que uno se lleva lógicamente no puede ser para nada el mismo en esas circunstancias, y en este caso inevitablemente no lo disfrutásteis

Sí, como ya había comentado, fuimos testigos de cómo se las gasta el viento por aquellos lares. Jamás he visto moverse la AC de esa manera. ¡Y cómo crugía!

De todas formas, eso no nos impidió ver lo suficiente, como para saber que las Uist son unas islas preciosas que tienen mucho que ofrecer. Nos gustaron, aunque no las pudimos disfrutar. ¡Qué se le va a hacer!

(PD imposible pillarte, dos estapas a la vez !!!)

¡Pues se ve que lo estás intentando!

Mikel, dónde estás ???

Eso mismo me estaba preguntando yo. Venga Mikel, anima zaitez eta hurrengoa bota.

[KoldoS]

Es sensación mia o estas islas tienen un encanto especial??

Sí que lo tienen. Aunque también hay otras zonas que también lo tienen. Pero por allí no hay mucha gente y eso ayuda mucho.

A mi también me encantaron algunas zonas de la costa norte o Ardnamurchan, donde tampoco había casi gente. Y también Mull, aunque aquí sí se veía más turismo.

Y, por supuesto, el tiempo que se pilla en cada sitio, influye muchísimo.

[KoldoS]

Miércoles, 24 agosto: Shieldaig – Red Point: 88 km

Mucho café matutino, península de Shieldaig, orilla norte del Loch Shieldaig, cena en Badachro Inn.

Hoy no os ha tocado un día demasiado espléndido en lo climatológico. Pero por lo menos habéis aprovechado para dar un paseo y una buena charla.

Por cierto, vosotros no perdéis ocasión de charlar con quien se tercie ¿no? Para mi que lo de Mateo es una escusa que os habéis buscado para facilitar el contacto.

Y otra cosa. ¿Estás segura de que distéis un paseo por Escocia? Más bien parecéis unos astronautas por marte.

El paisaje precioso. Alguna de las fotos ya me suena.

[KoldoS]

Jueves, 25 agosto: Red Point - Drumnadrochit: 120 km

Despedida de las tierras tranquilas, en ruta hacia el Loch Ness, cena en Marybank

Buena manera de despedir las tierras tranquilas. Por todo lo alto. Con buen tiempo y un paseo por una zona espectacular.

Como dije en su momento, lástima de no haber oído hablar de esas playas rojas.

[EvaV]

Koldo, no te pillo ni aún escribiendo dos etapas en una semana !

Qué ganas tengo de leer vuestra etapa por Ardnamuchan, debe ser la que debes estar escribiendo, verdad? Ese rincón nos lo perdimos.

Jajaja, en cuanto a Mateo, David dice que lástima no haber sabido antes lo que se liga con él !!! La verdad es que no paramos de dar detalles acerca de su edad, lo que come, si suelta pelo, etc.

¿A que estamos espectaculares con los sombreros de red?